¿Has visto a tu perrito cojear? Puede que se deba a una luxación de rótula, también conocida como laceración de rótula. Esta patología puede ser congénita o provocada por un traumatismo o una enfermedad, y es más común en perros de razas pequeñas como: yorkshire terrier, pomerania, pekinés, chihuahua y boston terrier, aunque puede aparecer en otras. 

La rótula es un pequeño hueso que se localiza delante de la articulación de la rodilla y que es necesario para un buen funcionamiento de la extremidad del animal. Cuando esta se mueve de su sitio, provoca dolor y debilidad funcional en el aimal. 

Esta es una patología que se caracteriza por un mal alineamiento del miembro y que produce deformaciones durante el desarrollo del animal, que provocan que la rótula se salga de su lugar. 

Los perros que sufren esta patología congénita no deben utilizarse para la reproducción, ya que esta es hereditaria. Las luxaciones se clasifican por grados, de acuerdo con los signos clínicos y los resultados de pruebas radiológicas, y dependiendo de su gravedad, 

GRADOS DE LUXACIÓN DE RÓTULA 

GRADO I: se conoce como luxación de rótula intermitente. Esta causa cojera de la extremidad solamente cuando esta se encuentra fuera de su sitio. El perro levanta la pata, flexionando la rodilla o da pequeños saltos durante un paseo de cada tres o cuatro pasos. 

GRADO 2: este tipo de luxación es la que se produce con más frecuencia. Muchos perros viven con este grado durante años, antes de desarrollar artritis progresiva y manifiestan una cojera más grave. En este caso, la rótula se luxa fácilmente y hay una ligera rotación externa de la pata. 

GRADO 3: aquí la rótula está luxada permanentemente, sin periodos de mejoría. Causa una considerable rotación al exterior de la pata afectada y produce cojera y dolor en el perro que la sufre. 

GRADO 4: la rótula permanece luxada de forma crónica. La cojera, que produce una considerable rotación de la pata, es muy dolorosa e impide al perro realizar determinados esfuerzos. Cuando la luxación ocurre en ambos lados, el perro se apoya en sus patas delanteras al andar. Puede confundirse con problemas de cadera. 

¿CÓMO SE CURA? 

La mejor opción para resolver la luxaciones es la operación, la cual consiste se realiza para reparar los tejidos blandos (músculos y/o tendones), hacer reconstrucción ósea o una combinación de ambos. El procedimiento quirúrgico dependerá del grado de luxación que presente el perro y si tiene o no de cojera asociada. Algunos perros pequeños pueden padecer de luxación de rótula durante muchos años, sin que manifiesten ningún tipo de molestia. 

Aunque el resultado de la cirugía suele ser bueno, hay que tener en cuenta que debemos dedicarle tiempo a nuestro perro, y realizar los ejercicios de rehabilitación que indique el veterinario para que la rodilla se cure y pueda volver a caminar bien. En algunos casos pueden volver a sufrirla. En los casos en los que, por el roce de los años, el cartílago está muy desgastado la recuperación será lenta. 

Visitar a tiempo al veterinario para determinar la extensión de la deformidad y el tratamiento a seguir es esencial para un resultado exitoso.